miércoles, 19 de octubre de 2011

Musas

Las imágenes pasan como una película en mi cabeza y me hacen creer que aun hay esperanza. Los días transcurren entre los sueños que se disparan en mi cabeza y te imagino a mi lado, en cada momento del día.

Nublas mis sentidos, condicionas mi comportamiento. El brillo de tus ojos deslumbra con tu pelo y el recuerdo de tu perfume evoca en mi recuerdo dibujando una sonrisa en mi cara. 

Mantengo firme mis creencias, desconozco si el destino se burlará de mi pero no dejaré de intentarlo, poco a poco, despacio, afianzando cada paso estoy más cerca, procurando hacer brotar esa chispa que desata el brillo en tus ojos en cada acercamiento del que encuentra a su musa.

El camino es solitario y en ocasiones sombrío, pero al cerrar los ojos y respirar profundamente, el dorado ilumina el camino, el rubio de la buena cerveza y el aroma embriagador del que piensa con el corazón. 

En ocasiones me desvió de la ruta, pero para hacer un alto, una breve parada técnica para recobrar fuerzas y seguir, el objetivo es claro y los obstáculos numerosos, pero llevo demasiado tiempo con tu imagen en mi cabeza y dispongo de tiempo, así que lo haré despacio pero lo haré bien, pues no tengo prisa en que llegue ese momento pues, en el camino hacia ella, estoy recobrando muchas cosas que había perdido y pensé que nunca volverían. 

Cada latido bombeando sangre por mis venas es una nueva imagen en mi mente, un nuevo recuerdo, una nueva esperanza, una nueva melodía que suena al compás de tus movimientos, la partida a comenzado y no apresuro mis movimientos, los peones se mueven despacio y carecen de importancia, pero al alcanzar la meta encuentran a su reina, mi musa, mis pensamientos.


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